Lunes 3 de Marzo.- El presidente de Estados Unidos Donald Trump anunció que a partir de mañana martes 4 de marzo iniciará la aplicación de aranceles del 25% a las importaciones de Canadá y México y duplicar al 20% sus gravámenes a los productos chinos. En tanto los tres países, sus principales socios comerciales amenazaron con represalias.
El año pasado, Estados Unidos comerció bienes por casi 2,2 billones de dólares (exportaciones más importaciones) con los países a los que apunta el presidente: 840 mil millones con México, 762 mil millones con Canadá y 582 mil millones con China.
Trump declaró una emergencia económica para justificar los aranceles, lo que marca el uso más agresivo de aranceles por parte de Estados Unidos desde la década de 1930. Afirma que las sanciones están diseñadas para reducir el flujo de drogas indocumentadas e ilícitas a través de la frontera estadounidense.
La energía importada de Canadá, incluidos el petróleo, el gas natural y la electricidad, se gravará con una tasa más baja del 10%, una concesión para los hogares del noreste y el medio oeste de Estados Unidos que dependen de la energía canadiense.
Los siguientes son sólo algunos de los productos importados cuyos precios podrían verse afectados:
Durante décadas, las empresas automotrices han construido cadenas de suministro que cruzan las fronteras de Estados Unidos, México y Canadá. Más de uno de cada cinco de los automóviles y camionetas ligeras que se venden en Estados Unidos se construyeron en Canadá o México, según S&P Global Mobility.
El año pasado, Estados Unidos importó automóviles y camionetas ligeras por valor de 79 mil millones de dólares de México (mucho más que cualquier otro país) y 31 mil millones de dólares de Canadá. Otros 81 mil millones de dólares en autopartes vinieron de México y 19 mil millones de dólares de Canadá. Los motores de las camionetas Ford de la serie F y del icónico cupé deportivo Mustang, por ejemplo, provienen de Canadá.
China también es un importante proveedor de autopartes para Estados Unidos: el año pasado, por un valor de 18 mil millones de dólares.
S&P Global Mobility estima que “es probable que los importadores trasladen la mayor parte, si no la totalidad, de este aumento (de costos) a los consumidores”. TD Economics señala que los precios promedio de los automóviles en Estados Unidos podrían aumentar alrededor de $3,000, esto en un momento en que el auto nuevo promedio ya cuesta casi $49,000 y el auto usado promedio $25,000, según Kelley Blue Book.

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